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1 Samuel 2:16-30 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

16. Si el hombre contestaba: «Primero quema la grasa, y luego puedes tomar lo que quieras», entonces el ayudante del sacerdote contestaba: «No, dame la carne ahora. ¡Si no me la das, te la quitaré a la fuerza!»

17. De esta manera, Ofni y Finés mostraban que no respetaban las ofrendas presentadas al SEÑOR. ¡Este era un pecado muy grave ante los ojos del SEÑOR!

18. Pero Samuel servía al SEÑOR como ayudante, vestido con un efod de lino.

19. Cada año su mamá le hacía una pequeña túnica y se la llevaba cuando iba a Siló con su esposo para ofrecer el sacrificio anual.

20. Elí bendecía a Elcaná y a su esposa, diciendo: «Que el SEÑOR te dé más hijos con Ana en pago del niño que Ana prestó y dedicó al SEÑOR». Elcaná y Ana regresaron a casa, y

21. el SEÑOR fue bondadoso con Ana concediéndole tres hijos y dos hijas, mientras Samuel crecía sirviendo al SEÑOR.

22. Elí era muy anciano. Con frecuencia oía sobre las cosas que sus hijos les hacían a los israelitas en Siló y también que sus hijos se acostaban con las mujeres que servían en la entrada de la carpa de reunión.

23. Él les dijo a sus hijos: «El pueblo me cuenta todo el mal que ustedes hacen. ¿Por qué actúan así?

24. Déjense de eso. El pueblo del SEÑOR está hablando mal de ustedes.

25. Si alguien peca contra otro ser humano, tal vez Dios le ayude, pero si alguien peca contra el SEÑOR, entonces ¿quién va a poder ayudarle?» Pero como los hijos de Elí se negaron a escucharlo, el SEÑOR decidió matarlos.

26. Entre tanto, el joven Samuel seguía creciendo, agradando al SEÑOR y al pueblo.

27. Un hombre de Dios fue a Elí, diciéndole: «El SEÑOR dice: “Tus antepasados fueron esclavos de la familia del faraón, pero yo me manifesté ante ellos.

28. Elegí a tu tribu de entre todas las tribus de Israel para que fueran mis sacerdotes y ofrecieran sacrificios en mi altar, quemaran incienso y usaran el efod. También dejé que tu familia recibiera la carne de los sacrificios que me ofrece el pueblo de Israel.

29. Entonces ¿por qué miras con desprecio mis sacrificios y ofrendas? Honras a tus hijos más que a mí. Engordas con lo mejor de la carne siendo que el pueblo de Israel me ofrece esa carne a mí”.

30. »El SEÑOR Dios de Israel prometió que la familia de tu papá le serviría por siempre, pero ahora el SEÑOR dice: “¡Eso nunca! Honraré al pueblo que me honra a mí, pero al que se niegue a respetarme, le va a ir mal.

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