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1 Samuel 15:20-30 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

20. Saúl contestó: —¡Sí obedecí al SEÑOR! Fui a donde me envió el SEÑOR y destruí a los amalecitas, traje al rey Agag

21. y los soldados tomaron las mejores ovejas y ganado para sacrificarlos al SEÑOR su Dios en Guilgal.

22. Pero Samuel dijo: —¿Qué complace más al SEÑOR: sacrificios que deben quemarse completamente y otros sacrificios u obedecer los mandatos del SEÑOR? Es mejor obedecerle que ofrecerle sacrificios. Es mejor obedecerle que ofrecerle la grasa de los carneros.

23. Negarse a obedecerlo es tan malo como la brujería. Ser tercos y hacer la voluntad propia es como el pecado de adorar ídolos. Tú te negaste a obedecer el mandato del SEÑOR, por eso él ahora se niega a aceptarte como rey.

24. Entonces Saúl le dijo a Samuel: —He pecado. No obedecí los mandatos del SEÑOR ni hice lo que me dijiste. Tenía miedo del pueblo y les hice caso.

25. Ahora te ruego que me perdones por haber pecado. Ven conmigo para que rindas culto al SEÑOR.

26. Pero Samuel le dijo a Saúl: —No regresaré contigo. Rechazaste el mandato del SEÑOR y ahora el SEÑOR te rechaza como rey de Israel.

27. Cuando Samuel se dio vuelta para irse, Saúl le agarró el borde del manto, y este se rompió.

28. Entonces Samuel le dijo a Saúl: —De igual manera, hoy mismo el SEÑOR te ha quitado el reino de Israel. Se lo ha dado a uno de tus amigos que es mejor que tú.

29. Dios, que es la Gloria de Israel, vive para siempre. No miente ni cambia de parecer. No es como los hombres que cambian de opinión.

30. Saúl contestó: —¡Está bien, he pecado! Pero por favor, regresa conmigo. Muéstrame algo de respeto frente a los líderes y el pueblo de Israel. Regresa conmigo para que pueda adorar al SEÑOR tu Dios.

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