13. Samuel respondió: —¡Eres un tonto! No obedeciste al SEÑOR tu Dios. Si hubieras obedecido su mandato, entonces el SEÑOR habría dejado que tu familia gobernara a Israel por siempre.
14. Pero ahora tu reinado no continuará. El SEÑOR se ha buscado a un hombre con quien él está conforme y lo ha encontrado. El SEÑOR lo nombrará a él como el nuevo líder de su pueblo. Como no obedeciste el mandato del SEÑOR, él nombrará un nuevo líder.
15. Entonces Samuel se levantó y se fue de Guilgal. Saúl y el resto del ejército salieron de Guilgal rumbo a Guibeá de Benjamín. Saúl contó a los hombres que todavía estaban con él y eran seiscientos.
16. Saúl, su hijo Jonatán y los soldados se fueron a Gueba de Benjamín. Los filisteos acampaban en Micmás.
17. El ejército filisteo empezó a atacar dividido en tres grupos. Un grupo avanzó por el camino de Ofra, cerca de Saúl;
18. otro, por el camino de Bet Jorón; y el tercero, por la frontera del valle de Zeboyín, en dirección al desierto.
19. Ninguno de los israelitas sabía cómo trabajar el hierro, no tenían ningún herrero. Los filisteos no les enseñaban a los israelitas cómo trabajarlo porque tenían miedo de que hicieran espadas y lanzas.
20. Sólo los filisteos sabían afilar las herramientas. Así que si los israelitas necesitaban afilar los arados, los azadones, las hachas y las hoces, tenían que depender de los filisteos.
21. Por un arado o un azadón cobraban como ocho gramos de plata, y por un pico, un hacha o una aguijada cobraban como cuatro gramos.
22. Así que el día de la batalla el ejército israelita no tenía espadas ni lanzas, excepto Saúl y Jonatán.
23. Entre tanto, un grupo de filisteos avanzó hasta el paso de la sierra de Micmás.