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1 Reyes 18:12-30 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

12. Si le digo que tú estás aquí, entonces el Espíritu del SEÑOR te llevará a otro sitio, vendrá aquí el rey Acab, y al no encontrarte me matará. Yo he seguido al SEÑOR desde niño.

13. Tú te enteraste de lo que hice cuando Jezabel mataba a los profetas del SEÑOR y cómo yo escondí a cien profetas del SEÑOR en cuevas, cincuenta en una cueva y cincuenta en otra. Les llevaba comida y agua.

14. Ahora tú dices: «Ve y dile a tu señor que Elías está aquí». Él me va a matar.

15. Elías le contestó: —Tan seguro como que vive el SEÑOR Todopoderoso en cuya presencia he estado, te digo que hoy veré al rey.

16. Así que Abdías fue a encontrarse con el rey Acab y le dijo donde estaba Elías. El rey Acab fue a encontrarse con Elías,

17. y cuando lo vio, le dijo: —¿Eres tú el hombre que causa tantos problemas en Israel?

18. Elías le contestó: —Yo no causo problemas en Israel. Tú y la familia de tu papá han sido la causa de los problemas. Cometiste un gran error cuando dejaste de obedecer lo que dice el SEÑOR y comenzaste a seguir dioses falsos.

19. Ahora, dile a todo Israel que se reúna conmigo en el monte Carmelo y trae también a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y a los cuatrocientos profetas de la diosa falsa Aserá que dependen de la reina Jezabel.

20. Así que Acab citó a todos los israelitas y a los profetas a un encuentro en el monte Carmelo.

21. Elías se acercó a todo el pueblo y le dijo: —¿Hasta cuándo seguirán dudando? Decidan si el SEÑOR es el Dios verdadero y entonces síganlo a él. Pero si Baal es el Dios verdadero, entonces sigan a Baal. La gente no respondió ni una palabra.

22. Así que Elías dijo: —Yo soy el único profeta del SEÑOR que queda, pero hay cuatrocientos cincuenta profetas de Baal.

23. Así que traigan dos toros. Que los profetas de Baal tomen uno, que lo maten y lo corten en pedazos. Que traigan madera, pero sin prenderle fuego. Luego yo haré lo mismo con el otro toro y tampoco prenderé fuego al sacrificio.

24. Ustedes los profetas de Baal le pedirán a su dios y yo le pediré al SEÑOR. El que conteste con fuego es el verdadero Dios. Al pueblo le pareció una buena idea.

25. Entonces Elías les dijo a los profetas de Baal: —Ya que ustedes son mayoría, elijan primero su toro, prepárenlo y pidan en el nombre de sus dioses, pero sin prenderle fuego al sacrificio.

26. Así que los profetas tomaron el toro que la gente les dio y lo prepararon. Oraron a Baal hasta el mediodía. Le pidieron a gritos: «¡Baal, por favor, contéstanos!» Pero sólo hubo silencio, no hubo respuesta mientras los profetas bailaban alrededor del altar que habían construido.

27. Al mediodía, Elías comenzó a reírse de ellos. Les dijo: —¡Griten más fuerte! Si él es dios, tal vez esté ocupado o quizá esté haciendo sus necesidades o tal vez salió por un rato. A lo mejor está durmiendo y si oran un poco más fuerte lo despertarán.

28. Y comenzaron a gritar más fuerte y a cortarse con cuchillos, espadas y lanzas hasta sacarse sangre, como era su costumbre.

29. Se hizo tarde, pero el fuego todavía no aparecía. Los profetas continuaron profetizando hasta llegar el momento de hacer el sacrificio de la tarde, pero no pasó absolutamente nada. Baal no hizo ni un ruido. No contestó nada. Nadie los escuchaba.

30. Entonces Elías le dijo a todo el pueblo: —Reúnanse conmigo. Así que todo el pueblo estuvo junto a Elías. El altar del SEÑOR había sido destruido, así que Elías lo arregló.

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