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1 Reyes 13:6-24 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

6. Entonces el rey Jeroboán dijo al hombre de Dios: —Por favor, ora por mí al SEÑOR tu Dios para que me sane el brazo. Así que el hombre de Dios oró al SEÑOR, y se sanó el brazo del rey, volviendo a ser como era antes.

7. Y el rey le dijo al hombre de Dios: —Ven conmigo a casa, visítame un rato y te daré un regalo.

8. Pero el hombre de Dios le respondió al rey: —No iría contigo, ni comería contigo ni bebería siquiera un vaso de agua en este lugar, aunque me dieras hasta la mitad de tus posesiones.

9. El SEÑOR me dijo que no bebiera nada aquí y que no volviera por el mismo camino por donde vine.

10. Así que el hombre de Dios viajó de regreso por otro camino diferente del que usó para llegar a Betel.

11. Había un profeta viejo que vivía en la ciudad de Betel. Sus hijos le contaron lo que había sucedido con el altar de Betel y lo que el hombre de Dios le había dicho al rey Jeroboán.

12. El profeta viejo dijo: «¿Por cuál camino salió?» Y le mostraron cuál era el camino que el profeta de Judá había tomado.

13. El profeta viejo pidió que ensillaran su burro. Así lo hicieron y se fue.

14. El profeta viejo estaba buscando al hombre de Dios y lo encontró sentado debajo de un roble. Le preguntó: —¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá? El hombre de Dios contestó: —Sí, soy yo.

15. Entonces el profeta viejo le dijo: —Por favor, ven a casa y come conmigo.

16. Pero el hombre de Dios contestó: —No puedo ir a casa contigo, no puedo comer ni beber en este lugar.

17. El SEÑOR me dijo: “No comas ni bebas nada en ese lugar. Y no vuelvas por el mismo camino que viniste”.

18. Entonces el profeta anciano dijo: —Pero yo también soy un profeta como tú. Le mintió diciendo: —Un ángel del SEÑOR vino y me dijo que te llevara a mi casa y te diera algo de comer y de beber.

19. Así que el hombre de Dios fue con el viejo profeta y comió y bebió con él.

20. Mientras todavía estaban en la mesa, el SEÑOR le habló al viejo profeta.

21. En voz alta le dijo al hombre de Dios: —El SEÑOR dice que tú no lo obedeciste. No hiciste lo que el SEÑOR te mandó.

22. Te mandó que no comieras ni bebieras nada en este lugar, pero tú volviste, comiste y bebiste. Por eso no te sepultarán donde se sepulta a tu familia.

23. El hombre de Dios terminó de comer y beber. Entonces el viejo profeta le ensilló un asno y el hombre de Dios se fue.

24. Mientras iba de regreso, un león lo atacó y lo mató. El cuerpo del profeta quedó ahí, y el asno y el león se quedaron parados junto al cadáver.

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