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Romanos 9:19-32 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

19. Alguien tal vez objetará: Si nadie es capaz de oponerse al plan divino, ¿cómo puede Dios recriminar algo al ser humano?

20. Pero ¿y quién eres tú, mísero mortal, para exigir cuentas a Dios? ¿Le dice acaso la pieza de barro al alfarero: “Por qué me hiciste así”?

21. ¿No tiene facultad el alfarero para hacer del mismo barro un jarrón de lujo o un recipiente ordinario?

22. Así es Dios. Cuando quiere, muestra su indignación y pone de manifiesto su poder. Pero puede también soportar con toda paciencia a esos que son objeto de indignación y están abocados a la ruina.

23. De este modo manifiesta las riquezas de su gloria en aquellos a quienes hizo objeto de su amor y preparó para esa gloria.

24. Esos somos nosotros, convocados no sólo de entre los judíos, sino también de entre los paganos.

25. Así lo dice el profeta Oseas: Al que no era mi pueblo lo llamaré “Pueblo mío”, y a la que no era amada la llamaré “Amada mía”.

26. Y donde les dije: “Ustedes no son mi pueblo”, allí serán llamados “hijos del Dios vivo”.

27. Isaías, a su vez, proclama refiriéndose a Israel: Aunque fueran los israelitas tan numerosos como la arena del mar, solo un resto se salvará.

28. Con prontitud y perfección va a realizar el Señor su plan sobre la tierra .

29. Y como anunció el mismo Isaías: Si el Señor del universo no nos hubiera dejado descendencia, habríamos sido como Sodoma, nos habríamos parecido a Gomorra.

30. ¿Qué concluir de todo esto? Pues que los no judíos, sin esforzarse en buscar la amistad de Dios, la han encontrado; hablo de la amistad que se alcanza mediante la fe.

31. En cambio, Israel, afanándose por cumplir una ley que debería llevar al restablecimiento de la amistad divina, ni siquiera consiguió cumplir la ley.

32. ¿Por qué? Pues porque, al prescindir de la fe y apoyarse en el valor de las propias acciones, terminaron por tropezar en aquella piedra

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