15. Él fue quien dijo a Moisés: Tendré compasión de quien me plazca y usaré de clemencia con quien quiera.
16. No es, pues, cuestión de querer o de afanarse, sino de que Dios se muestre compasivo.
17. A este respecto dice la Escritura al faraón: Te hice surgir para demostrar en ti mi poder y para hacer famoso mi nombre en toda la tierra.
18. En una palabra, Dios tiene compasión de quien quiere y deja que se obstine a quien le place.
19. Alguien tal vez objetará: Si nadie es capaz de oponerse al plan divino, ¿cómo puede Dios recriminar algo al ser humano?
20. Pero ¿y quién eres tú, mísero mortal, para exigir cuentas a Dios? ¿Le dice acaso la pieza de barro al alfarero: “Por qué me hiciste así”?
21. ¿No tiene facultad el alfarero para hacer del mismo barro un jarrón de lujo o un recipiente ordinario?