Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Romanos 9:13-26 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

13. Lo que está en conformidad con la Escritura: Amé a Jacob más que a Esaú.

14. ¿Quiere esto decir que Dios es injusto? ¡De ningún modo!

15. Él fue quien dijo a Moisés: Tendré compasión de quien me plazca y usaré de clemencia con quien quiera.

16. No es, pues, cuestión de querer o de afanarse, sino de que Dios se muestre compasivo.

17. A este respecto dice la Escritura al faraón: Te hice surgir para demostrar en ti mi poder y para hacer famoso mi nombre en toda la tierra.

18. En una palabra, Dios tiene compasión de quien quiere y deja que se obstine a quien le place.

19. Alguien tal vez objetará: Si nadie es capaz de oponerse al plan divino, ¿cómo puede Dios recriminar algo al ser humano?

20. Pero ¿y quién eres tú, mísero mortal, para exigir cuentas a Dios? ¿Le dice acaso la pieza de barro al alfarero: “Por qué me hiciste así”?

21. ¿No tiene facultad el alfarero para hacer del mismo barro un jarrón de lujo o un recipiente ordinario?

22. Así es Dios. Cuando quiere, muestra su indignación y pone de manifiesto su poder. Pero puede también soportar con toda paciencia a esos que son objeto de indignación y están abocados a la ruina.

23. De este modo manifiesta las riquezas de su gloria en aquellos a quienes hizo objeto de su amor y preparó para esa gloria.

24. Esos somos nosotros, convocados no sólo de entre los judíos, sino también de entre los paganos.

25. Así lo dice el profeta Oseas: Al que no era mi pueblo lo llamaré “Pueblo mío”, y a la que no era amada la llamaré “Amada mía”.

26. Y donde les dije: “Ustedes no son mi pueblo”, allí serán llamados “hijos del Dios vivo”.

Leer capítulo completo Romanos 9