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Romanos 2:18-29 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

18. Dices que conoces su voluntad y que la ley te ha enseñado a discernir lo que es más valioso.

19. Te consideras guía de ciegos, y luz de cuantos viven en tinieblas.

20. Crees poseer el secreto de instruir a los ignorantes y de enseñar a los párvulos porque crees tener en la ley el compendio de toda ciencia y toda verdad.

21. Pues bien, ¿por qué no aprendes, tú que enseñas a los otros? ¿Por qué robas, tú que exhortas a no robar?

22. ¿Por qué cometes adulterio, tú que condenas el adulterio en los demás? ¿Por qué haces negocios en sus templos, tú que aborreces los ídolos?

23. ¿Por qué presumes de la ley, tú que afrentas a Dios al no cumplirla?

24. Aunque ya lo dice la Escritura: Por culpa de ustedes el nombre de Dios es denigrado entre las naciones.

25. ¿Y la circuncisión? Tiene valor si cumples la ley; pero si no la cumples, lo mismo te da estar circuncidado que no estarlo.

26. Pues si uno que no está circuncidado cumple los preceptos de la ley, ¿no lo considerará Dios como circuncidado a pesar de no estarlo?

27. Es más, el que sin estar físicamente circuncidado cumple la ley, te juzgará a ti que estás circuncidado y posees la ley escrita, pero no la cumples.

28. Porque no se es judío por el aspecto externo, ni la verdadera circuncisión es la marca visible corporal.

29. Lo que distingue al auténtico judío es su interior, y la auténtica circuncisión es la del corazón, obra del Espíritu y no de reglas escritas. Y no serán los seres humanos, sino Dios, quien la alabe.

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