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Mateo 9:28-38 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

28. Cuando entró en casa, los ciegos se le acercaron y Jesús les preguntó:— ¿Creen ustedes que puedo hacer esto?Ellos le contestaron:— Sí, Señor.

29. Entonces les tocó los ojos y dijo:— Que se haga en ustedes conforme a la fe que tienen.

30. Se les abrieron al punto los ojos y Jesús les ordenó:— Procuren que nadie lo sepa.

31. Ellos, sin embargo, en cuanto salieron, comenzaron a divulgarlo por toda la región.

32. Acababan de irse los ciegos cuando se acercaron unos a Jesús y le presentaron un mudo que estaba poseído por un demonio.

33. En cuanto Jesús expulsó al demonio, el mudo comenzó a hablar. Y los que lo presenciaron decían asombrados:— ¡Nunca se ha visto en Israel nada parecido!

34. En cambio, los fariseos decían:— El propio jefe de los demonios es quien le da a este el poder para expulsarlos.

35. Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas judías. Anunciaba la buena noticia del Reino y curaba toda clase de enfermedades y dolencias.

36. Y al ver a toda aquella gente, se sentía conmovido porque estaban maltrechos y desalentados, como ovejas sin pastor.

37. Dijo entonces a sus discípulos:— La mies es mucha, pero son pocos los trabajadores.

38. Por eso, pídanle al dueño de la mies que mande trabajadores a su mies.

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