Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 9:22-32 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

22. Pero Jesús se volvió y, al verla, le dijo:— Ánimo, hija, tu fe te ha salvado.Y en aquel mismo instante la mujer recuperó la salud.

23. Cuando Jesús llegó a casa del dignatario y vio a los flautistas y a la gente que se lamentaba, dijo:

24. — Salgan de aquí. La muchacha no está muerta; está dormida.Al oír esto, todos se rieron de Jesús;

25. pero él, después que salió la gente, pasó adentro, tomó a la muchacha por la mano y ella se levantó.

26. Y la noticia de este suceso se extendió por toda aquella región.

27. Al salir Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que suplicaban a voces:— ¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!

28. Cuando entró en casa, los ciegos se le acercaron y Jesús les preguntó:— ¿Creen ustedes que puedo hacer esto?Ellos le contestaron:— Sí, Señor.

29. Entonces les tocó los ojos y dijo:— Que se haga en ustedes conforme a la fe que tienen.

30. Se les abrieron al punto los ojos y Jesús les ordenó:— Procuren que nadie lo sepa.

31. Ellos, sin embargo, en cuanto salieron, comenzaron a divulgarlo por toda la región.

32. Acababan de irse los ciegos cuando se acercaron unos a Jesús y le presentaron un mudo que estaba poseído por un demonio.

Leer capítulo completo Mateo 9