17. Viendo reunido al pueblo, Pilato preguntó:— ¿A quién quieren ustedes que ponga en libertad: a Jesús Barrabás o a ese Jesús a quien llaman Mesías?
18. Y es que sabía que a Jesús lo habían entregado por envidia.
19. Mientras el gobernador estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió este recado: “Ese hombre es inocente. No te hagas responsable de lo que le suceda. Esta noche he tenido pesadillas horribles por causa suya”.
20. Pero los jefes de los sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente para que pidiera la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.
21. El gobernador volvió a preguntar:— ¿A cuál de estos dos quieren que conceda la libertad?Ellos contestaron:— ¡A Barrabás!
22. Pilato les dijo:— ¿Y qué quieren que haga con Jesús, a quien llaman Mesías?Todos contestaron:— ¡Crucifícalo!
23. Insistió Pilato:— ¿Cuál es su delito?Pero ellos gritaban cada vez con más fuerza:— ¡Crucifícalo!
24. Pilato, al ver que nada adelantaba sino que el alboroto crecía por momentos, mandó que le trajeran agua y se lavó las manos* en presencia de todos, proclamando:— ¡Yo no me hago responsable de la muerte de este hombre! ¡Allá ustedes!
25. Y todo el pueblo a una respondió:— ¡De su muerte nos hacemos responsables nosotros y nuestros hijos!
26. Entonces Pilato ordenó que pusieran en libertad a Barrabás, y les entregó a Jesús para que lo azotaran y lo crucificaran.