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Mateo 17:12-27 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

12. Pero yo les aseguro que Elías ya vino, aunque ellos no lo reconocieron, sino que lo maltrataron a su antojo. Y el Hijo del hombre va a sufrir de la misma manera a manos de ellos.

13. Entonces los discípulos cayeron en la cuenta de que Jesús estaba refiriéndose a Juan el Bautista.

14. Cuando volvieron a donde estaba la gente, un hombre se acercó a Jesús y, puesto de rodillas delante de él,

15. le dijo:— Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques que le hacen sufrir lo indecible y muchas veces se arroja al fuego o al agua.

16. Lo he traído a tus discípulos, pero no han podido sanarlo.

17. Jesús exclamó:— ¡Gente incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo habré de estar entre ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme aquí al muchacho.

18. En seguida dio una orden, salió del muchacho el demonio y en aquel mismo instante quedó curado.

19. Más tarde se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron aparte:— ¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese demonio?

20. Jesús les contestó:— Porque ustedes no tuvieron fe. Les aseguro que si tuvieran fe, aunque sólo fuera como un grano de mostaza, le dirían a este monte: “¡Quítate de ahí y ponte allí!”, y el monte cambiaría de lugar. Nada les resultaría imposible.

21. [Pero este género de demonios sólo sale por medio de la oración y el ayuno].

22. Estando todos reunidos en Galilea, Jesús dijo a sus discípulos:— El Hijo del hombre va a ser entregado a hombres

23. que lo matarán, pero al tercer día resucitará.Al oír esto, los discípulos se entristecieron mucho.

24. Cuando llegaron a Cafarnaún, se dirigieron a Pedro los encargados de recaudar los impuestos del Templo y le preguntaron:— ¿No paga el Maestro de ustedes el impuesto del Templo?

25. Pedro les contestó:— Sin duda que sí.Más tarde, al llegar Pedro a casa, Jesús lo abordó, diciéndole:— Simón, ¿qué te parece? Los reyes de este mundo, ¿de quiénes perciben impuestos y tributos? ¿De sus propios súbditos o de los extranjeros?

26. Pedro contestó:— De los extranjeros.Y Jesús añadió:— Por tanto, los súbditos están exentos.

27. Pero, en fin, para que nadie se ofenda*, acércate al lago* y echa el anzuelo al agua. En la boca del primer pez que pesques encontrarás la moneda precisa. Págales con ella el impuesto por ti y por mí.

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