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Mateo 13:30-48 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

30. Déjenlos crecer juntos hasta el tiempo de la siega. Entonces encargaré a los segadores que corten primero la cizaña y la aten en manojos para quemarla, y que luego guarden el trigo en mi granero”.

31. También les contó Jesús esta otra parábola:— El reino de los cielos puede compararse al grano de mostaza que el labrador siembra en el campo.

32. Se trata, por cierto, de la más pequeña de todas las semillas, pero luego crece más que las otras plantas y llega a hacerse como un árbol, hasta el punto de que en sus ramas anidan los pájaros.

33. También les dijo:— El reino de los cielos puede compararse a la levadura que toma una mujer y la mezcla con tres medidas de harina para que fermente toda la masa.

34. Jesús expuso todas estas cosas en parábolas a la gente, y sin parábolas no les decía nada,

35. para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta: Hablaré utilizando parábolas; pondré de manifiesto cosas que han estado ocultas desde el principio del mundo.

36. Después de esto, Jesús se despidió de la gente y entró en casa. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron:— Explícanos lo que significa la parábola de la cizaña en el campo.

37. Él les respondió:— El labrador que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre,

38. y el campo es el mundo. La buena semilla representa a los que pertenecen al Reino, y la cizaña representa a los que pertenecen al diablo.

39. El enemigo del dueño, aquel que sembró la cizaña, es el diablo; la siega representa el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

40. Del mismo modo que se recoge la cizaña y se hace una hoguera con ella, así sucederá al fin del mundo.

41. El Hijo del hombre enviará entonces a sus ángeles, y ellos recogerán de su reino a todos los que son causa de pecado y a los que hacen el mal,

42. y los arrojarán al horno encendido*, donde llorarán y les rechinarán los dientes.

43. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. Quien pueda entender esto, que lo entienda.

44. El reino de los cielos puede compararse a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra, lo primero que hace es esconderlo de nuevo; luego, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra aquel campo.

45. También puede compararse el reino de los cielos a un comerciante que busca perlas finas.

46. Cuando encuentra una de mucho valor, va a vender todo lo que tiene y la compra.

47. El reino de los cielos puede compararse también a una red lanzada al mar, que se llena de toda clase de peces.

48. Cuando la red está llena, los pescadores la arrastran a la orilla y se sientan a seleccionarlos: ponen los buenos en cestos y desechan los malos.

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