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Lucas 23:25-39 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

25. puso en libertad al que tenía preso por una revuelta callejera y un asesinato, y les entregó a Jesús para que hiciesen con él lo que quisieran.

26. Cuando lo llevaban para crucificarlo, echaron mano de un tal Simón, natural de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz para que la llevara detrás de Jesús.

27. Lo acompañaba mucha gente del pueblo junto con numerosas mujeres que lloraban y se lamentaban por él.

28. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:— Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí; lloren, más bien, por ustedes mismas y por sus hijos.

29. Porque vienen días en que se dirá: “¡Felices las estériles, los vientres que no concibieron y los pechos que no amamantaron!”.

30. La gente comenzará entonces a decir a las montañas: “¡Caigan sobre nosotros!”; y a las colinas: “¡Sepúltennos!”.

31. Porque si al árbol verde le hacen esto, ¿qué no le harán al seco?

32. Llevaban también a dos criminales para ejecutarlos al mismo tiempo que a Jesús.

33. Cuando llegaron al lugar llamado “La Calavera”, crucificaron a Jesús y a los dos criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.

34. Jesús entonces decía:— Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.Los soldados se repartieron las ropas de Jesús echándolas a suertes.

35. La gente estaba allí mirando, mientras las autoridades se burlaban de Jesús, diciendo:— Puesto que ha salvado a otros, que se salve a sí mismo si de veras es el Mesías, el elegido de Dios.

36. Los soldados también se burlaban de él: se acercaban para ofrecerle vinagre y le decían:

37. — Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.

38. Habían fijado un letrero por encima de su cabeza que decía: “Este es el rey de los judíos”.

39. Uno de los criminales colgados a su lado lo insultaba, diciendo:— ¿No eres tú el Mesías? ¡Pues sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros!

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