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Lucas 10:29-39 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

29. Pero el maestro de la ley, para justificar su pregunta, insistió:— ¿Y quién es mi prójimo?

30. Jesús le dijo:— Un hombre* que bajaba de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos ladrones, que le robaron cuanto llevaba, lo hirieron gravemente y se fueron, dejándolo medio muerto.

31. Casualmente bajaba por aquel mismo camino un sacerdote que vio al herido, pero pasó de largo.

32. Y del mismo modo, un levita, al llegar a aquel lugar, vio al herido, pero también pasó de largo.

33. Finalmente, un samaritano que iba de camino llegó junto al herido y, al verlo, se sintió conmovido.

34. Se acercó a él, le vendó las heridas poniendo aceite y vino sobre ellas, lo montó en su propia cabalgadura, lo condujo a una posada próxima y cuidó de él.

35. Al día siguiente, antes de reanudar el viaje, el samaritano dio dos denarios al posadero y le dijo: “Cuida bien a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi vuelta”.

36. Pues bien, ¿cuál de estos tres hombres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de ladrones?

37. El maestro de la ley contestó:— El que tuvo compasión de él.Y Jesús le replicó:— Pues vete y haz tú lo mismo.

38. Mientras seguían el camino, Jesús entró en una aldea, donde una mujer llamada Marta le dio alojamiento.

39. Marta tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras.

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