19. Ellos le preguntaron:— ¿Dónde está tu padre?Contestó Jesús:— Ustedes ni me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre.
20. Jesús hizo estas manifestaciones cuando estaba enseñando en el Templo, en el lugar donde se encontraban los cofres de las ofrendas. Pero nadie se atrevió a echarle mano porque todavía no había llegado su hora.
21. Jesús volvió a decirles:— Yo me voy. Ustedes me buscarán, pero morirán en su pecado; y a donde yo voy, ustedes no pueden ir.
22. Los judíos comentaban entre sí:— ¿Pensará suicidarse, y por eso dice: “A donde yo voy ustedes no pueden ir”?
23. Jesús aclaró:— Ustedes pertenecen a este mundo de abajo; yo pertenezco al de arriba. Ustedes son de este mundo; yo no.
24. Por eso les he dicho que morirán en sus pecados. Porque si no creen que “yo soy”, morirán en sus pecados.
25. Los judíos le preguntaron entonces:— Pero ¿quién eres tú?Jesús les respondió:— ¿No es eso lo que les vengo diciendo desde el principio?
26. Tengo muchas cosas que decir de ustedes, y muchas que condenar. Pero lo que digo al mundo es lo que oí al que me envió, y él dice la verdad.
27. Ellos no cayeron en la cuenta de que les estaba hablando del Padre;
28. así que Jesús añadió:— Cuando ustedes levanten en alto al Hijo del hombre, entonces reconocerán que “yo soy” y que no hago nada por mi propia cuenta; lo que aprendí del Padre, eso enseño.
29. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.
30. Al oírlo hablar así, muchos creyeron en él.
31. Dirigiéndose a los judíos que habían creído en él, dijo Jesús:— Si se mantienen fieles a mi mensaje, serán verdaderamente mis discípulos,
32. conocerán la verdad y la verdad los hará libres.