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Juan 4:28-43 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

28. La mujer, por su parte, dejó allí el cántaro, regresó al pueblo y dijo a la gente:

29. — Vengan a ver a un hombre que me ha adivinado todo lo que he hecho. ¿Será el Mesías?

30. Ellos salieron del pueblo y fueron a ver a Jesús.

31. Mientras tanto, los discípulos le insistían:— Maestro, come.

32. Pero él les dijo:— Yo me alimento de un manjar que ustedes no conocen.

33. Los discípulos comentaban entre sí:— ¿Será que alguien le ha traído comida?

34. Jesús les explicó:— Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo sus planes.

35. ¿No dicen ustedes que todavía faltan cuatro meses para la cosecha? Pues fíjense: los sembrados están ya maduros para la recolección.

36. El que trabaja en la recolección recibe su salario y recoge el fruto con destino a la vida eterna; de esta suerte, se alegran juntos el que siembra y el que hace la recolección.

37. Con lo que se cumple el proverbio: “Uno es el que siembra y otro el que cosecha”.

38. Yo los envío a ustedes a recolectar algo que no han labrado; otros trabajaron y ustedes se benefician de su trabajo.

39. Muchos de los habitantes de aquel pueblo creyeron en Jesús movidos por el testimonio de la samaritana, que aseguraba:— Me ha adivinado todo lo que he hecho.

40. Por eso, los samaritanos, cuando llegaron a donde estaba Jesús, le insistían en que se quedara con ellos. Y en efecto, se quedó allí dos días,

41. de manera que fueron muchos más los que creyeron en él por sus propias palabras.

42. Así que decían a la mujer:— Ya no creemos en él por lo que tú nos has dicho, sino porque nosotros mismos hemos escuchado sus palabras, y estamos convencidos de que él es verdaderamente el salvador del mundo.

43. Pasados dos días, Jesús partió de Samaría camino de Galilea.

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