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Juan 12:34-50 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

34. La gente replicó:— Nuestra ley nos enseña que el Mesías no morirá nunca. ¿Cómo dices tú que el Hijo del hombre tiene que ser elevado sobre la tierra? ¿Quién es ese Hijo del hombre?

35. Jesús les respondió:— Todavía está la luz entre ustedes, pero no por mucho tiempo. Mientras tienen luz, caminen para que no los sorprendan las tinieblas. Porque el que camina en la oscuridad no sabe a dónde se dirige.

36. Mientras tengan luz, crean en ella para que la luz oriente su vida.Después de decir esto, Jesús se retiró, escondiéndose de ellos.

37. A pesar de haber visto con sus propios ojos los grandes milagros que Jesús había hecho, no creían en él.

38. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje? ¿A quién ha sido manifestado el poder del Señor?

39. El mismo Isaías había indicado la razón de su falta de fe:

40. Dios ha oscurecido sus ojos y endurecido su corazón, de tal manera que sus ojos no ven y su inteligencia no comprende; así que no se vuelven a mí para que yo los cure .

41. Isaías dijo esto porque había visto la gloria de Jesús, y por eso hablaba de él.

42. A pesar de todo, fueron muchos, incluso entre los jefes judíos, los que creyeron en Jesús. Pero no se atrevían a manifestarlo públicamente, porque temían que los fariseos los expulsaran de la sinagoga.

43. Apreciaban más tener una buena reputación ante la gente, que tenerla ante Dios.

44. Jesús, entonces, proclamó:— El que cree en mí, no solamente cree en mí, sino también en el que me ha enviado;

45. y al verme a mí, ve también al que me ha enviado.

46. Yo soy luz y he venido al mundo para que todo el que cree en mí no siga en las tinieblas.

47. No seré yo quien condene al que escuche mis palabras y no haga caso de ellas, porque yo no he venido para condenar al mundo, sino para salvarlo.

48. Quien me rechaza y no acepta mis palabras tiene ya quien lo juzgue: mi propio mensaje lo condenará en el último día.

49. Porque yo no hablo por mi cuenta; el Padre, que me ha enviado, es quien me ha ordenado lo que debo decir y enseñar.

50. Yo sé que sus mandamientos contienen vida eterna. Por eso, yo enseño lo que me ha dicho el Padre.

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