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Hechos 7:39-58 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

39. Pero nuestros antepasados no quisieron obedecerle; lo rechazaron y, volviendo el pensamiento a Egipto,

40. dijeron a Aarón: Haznos dioses que nos guíen en nuestro caminar, pues no sabemos qué ha sido de ese Moisés, el que nos sacó de Egipto.

41. Fue entonces cuando se fabricaron un ídolo en forma de becerro, le ofrecieron sacrificios y celebraron una fiesta solemne en honor de algo que habían hecho con sus propias manos.

42. Así que Dios se apartó de ellos y permitió que se entregasen al culto de los astros*, como está escrito en el libro de los profetas: Pueblo de Israel, ¿en honor de quién fueron las víctimas y sacrificios que ustedes ofrecieron durante cuarenta años en el desierto? No ciertamente en mi honor,

43. sino que llevaron en procesión la tienda-santuario del dios Moloc y el emblema en forma de estrella de Refán, a quien convirtieron en su dios; imágenes todas ellas que hicieron para rendirles culto. Por eso, a ustedes los deportaré más allá de Babilonia.

44. Nuestros antepasados tenían en el desierto la Tienda del testimonio, que fue construida conforme al modelo que había visto Moisés cuando Dios le habló.

45. Fueron también nuestros antepasados quienes la recibieron y quienes, acaudillados por Josué, la introdujeron en el país que ocuparon cuando Dios expulsó a los paganos delante de ellos. Y así continuaron las cosas hasta la época de David.

46. Por su parte, David, que gozaba del favor de Dios, solicitó proporcionar un santuario a la estirpe de Jacob.

47. Sin embargo, fue Salomón quien lo construyó;

48. aunque debe quedar claro que el Altísimo no habita en edificios construidos por manos humanas, como dice el profeta:

49. Mi trono es el cielo, dice el Señor, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Por qué quieren edificarme un santuario o un lugar que me sirva de morada?

50. ¿No soy yo el creador de todas estas cosas?

51. Ustedes, gente testaruda, de corazón empedernido y oídos sordos, siempre han ofrecido resistencia al Espíritu Santo. Como sus antepasados, así son ustedes.

52. ¿Hubo algún profeta al que no persiguieran sus antepasados? Ellos mataron a los que predijeron la venida del único justo a quien ahora ustedes han entregado y asesinado.

53. ¡Ustedes que recibieron la ley por mediación de ángeles, pero que nunca la han cumplido!

54. Estas palabras desataron su cólera, y se recomían de rabia contra Esteban.

55. Pero él, lleno del Espíritu Santo y con la mirada fija en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie junto a Dios.

56. — Escúchenme —dijo—, veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie junto a Dios.

57. Hechos un puro grito, no quisieron escuchar nada más y se arrojaron en masa sobre él.

58. Lo sacaron fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los que participaban en el hecho confiaron sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo.

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