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Hechos 5:17-32 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

17. Entonces, el sumo sacerdote y todos los de su partido, que era el de los saduceos*, ciegos de furor,

18. apresaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública.

19. Pero un ángel del Señor abrió por la noche la puerta de la prisión y los hizo salir diciéndoles:

20. — Vayan y anuncien al pueblo, en medio del Templo, todo lo referente a esta forma de vida.

21. Oído este mandato, se dirigieron de mañana al Templo, donde empezaron a enseñar. Entre tanto, llegaron el sumo sacerdote y los de su partido, convocaron al Consejo Supremo y al pleno de los dirigentes israelitas, y mandaron traer de la cárcel a los presos.

22. Fueron los guardias, pero no encontraron a los apóstoles en la prisión; así que se volvieron e informaron del hecho

23. con estas palabras:— Hemos hallado la cárcel cuidadosamente cerrada, y a los vigilantes en su puesto ante la puerta; pero al abrirla no hemos encontrado a nadie dentro.

24. Cuando el jefe de la guardia del Templo y los jefes de los sacerdotes escucharon la noticia, quedaron perplejos y se preguntaban qué habría podido suceder.

25. Hasta que alguien llegó con esta información:— Los hombres que ustedes metieron en la cárcel están en el Templo, tan tranquilos, enseñando al pueblo.

26. Fue entonces el jefe de la guardia con sus hombres y trajeron a los apóstoles, aunque sin violencia, por temor a ser apedreados por el pueblo.

27. Una vez introducidos a la presencia del Consejo Supremo, el sumo sacerdote procedió a interrogarlos:

28. — Les teníamos terminantemente prohibido enseñar en nombre de ese. Pero resulta que ustedes han infestado Jerusalén con su enseñanza, y encima quieren hacernos responsables de la muerte de ese hombre.

29. Pedro y los otros apóstoles respondieron:— Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres.

30. El Dios de nuestros antepasados ha resucitado a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo en un madero.

31. Ha sido Dios quien lo ha elevado a la máxima dignidad y lo ha constituido jefe y salvador, para ofrecer a la nación israelita la ocasión de convertirse y de alcanzar el perdón de los pecados.

32. Y nosotros somos testigos de ello junto con el Espíritu Santo, que Dios ha concedido a quienes lo obedecen.

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