7. Oí también que alguien decía desde el altar:— Efectivamente, Señor Dios, dueño de todo,tú juzgas con verdad y con justicia.
8. El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol y se le concedió abrasar a los humanos.
9. Todos quedaron horriblemente calcinados; pero aun así, blasfemaban y se negaron a convertirse y a reconocer la grandeza de Dios, quien tiene en su mano tales calamidades.