Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Corintios 7:1-8 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

1. Tales son, queridos míos, las promesas que tenemos. Purifiquémonos, pues, de todo cuanto contamine el cuerpo o el espíritu y realicemos plenamente nuestra consagración viviendo en el respeto a Dios.

2. Acójannos en sus corazones. A nadie agraviamos, a nadie arruinamos, a nadie explotamos.

3. Y con esto no pretendo recriminarlos, pues ya les he dicho que, en vida o en muerte, los llevo en el corazón.

4. Tengo puesta en ustedes toda mi confianza y es tanto el orgullo que siento por ustedes, que estoy rebosante de ánimo y de alegría a pesar de todas las penalidades.

5. Cuando llegué a Macedonia tampoco pude disfrutar del más mínimo sosiego; las tribulaciones me acosaban por doquier: por fuera los conflictos, por dentro el miedo.

6. Pero Dios, que conforta a los humildes, me reanimó también a mí con la presencia de Tito.

7. Y no fue sólo su presencia, fue sobre todo el conocer cómo ustedes le habían animado y reconfortado. Él me habló de la añoranza de ustedes por verme, del arrepentimiento, de la preocupación que ustedes tienen por mí. Esto me hizo todavía más feliz.

8. No me pesa haberles causado tristeza con mi carta. Hubo, sí, un momento en que lo sentí, al darme cuenta de que aquella carta los entristeció, aunque sólo fuera por breve tiempo.

Leer capítulo completo 2 Corintios 7