Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

1 Tesalonicenses 2:5-11 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

5. Dios es testigo, y bien lo saben, de que jamás nos hemos valido de palabras aduladoras, ni hemos buscado astutamente el provecho propio.

6. Como tampoco hemos buscado glorias humanas, ni de ustedes ni de nadie.

7. Y aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos habernos presentado con todo el peso de la autoridad, preferimos comportarnos entre ustedes con dulzura, como una madre que cuida de sus hijos.

8. Sentíamos tal cariño por ustedes que estábamos dispuestos a entregarles no sólo el mensaje evangélico de Dios, sino incluso nuestra propia vida. ¡Hasta ese punto había llegado nuestro amor!

9. Recuerden, hermanos, nuestros afanes y fatigas: cómo trabajamos día y noche para no ser gravosos a nadie, mientras les anunciábamos el mensaje evangélico de Dios.

10. Testigos son, y lo es Dios también, de lo noble, honrado e irreprochable que fue nuestro proceder para con ustedes, los creyentes.

11. Tratamos a cada uno —¡bien lo saben!— como un padre trata a sus hijos:

Leer capítulo completo 1 Tesalonicenses 2