20. es decir, a los desobedientes del tiempo de Noé, cuando Dios esperaba pacientemente mientras se construía el arca, en la que unos pocos —ocho personas— se salvaron a través del agua.
21. Aquello fue una imagen del bautismo que ahora los salva*. Bautismo que no consiste en quitar una suciedad corporal, sino en comprometerse ante Dios a llevar una conducta limpia. Y los salva en virtud de la resurrección de Jesucristo,
22. que, ascendido al cielo, comparte el poder soberano* de Dios y tiene bajo su autoridad a todas las potencias celestiales.