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Tobías 7:1-12 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

1. Cuando llegaron a Ecbatana, dijo Tobías:— Hermano Azarías, llévame en seguida a casa de nuestro pariente* Ragüel.Entonces él lo llevó* , y encontraron a Ragüel sentado junto a la puerta del patio. Lo saludaron ellos primero, y él respondió:— ¡Les deseo felicidad y salud, hermanos! ¡Sean bienvenidos!Los hizo entrar en la casa

2. y le dijo a Edna, su esposa:— ¡Cómo se parece este joven a mi pariente Tobit!

3. Edna les preguntó:— ¿De dónde son, hermanos?Respondieron:— Somos de la tribu de Neftalí, de los deportados a Nínive.

4. Volvió a preguntarles:— ¿Conocen a nuestro pariente Tobit?Ellos dijeron:— Sí, lo conocemos.

5. — ¿Se encuentra bien de salud?Le contestaron:— Vive y se encuentra bien.Entonces Tobías agregó:— Es mi padre.

6. Ragüel se levantó de un salto, lo besó y rompió a llorar, mientras le decía:— ¡Bendito seas, hijo! Tienes un padre excelente. ¡Qué pena que un hombre tan recto y caritativo se haya quedado ciego!Y lloraba abrazado a su pariente Tobías.

7. También su esposa Edna y su hija Sara se echaron a llorar.

8. Luego mataron un cordero del rebaño y los agasajaron con el mayor afecto.

9. Después de bañarse y lavarse, se sentaron a cenar. Entonces Tobías le dijo a Rafael:— Hermano Azarías, dile a Ragüel que me dé por esposa a mi parienta Sara.

10. Al oír Ragüel estas palabras, le dijo al joven:— Come, bebe y disfruta de esta noche, porque no hay nadie, hermano mío, que tenga más derecho que tú a casarse con mi hija Sara. Por eso yo no puedo dársela a ningún hombre que no seas tú, que eres nuestro pariente más cercano. Pero estoy obligado a informarte de la verdad del caso.

11. Yo he entregado ya a Sara como esposa a siete de nuestros hermanos, pero todos murieron la noche de bodas cuando se acercaban a ella. Ahora pues, hijo, come y bebe, que el Señor cuidará de ustedes.

12. Tobías contestó:— No comeré ni beberé hasta que hayas resuelto estas cosas que me conciernen.Ragüel le dijo:— Está bien. Yo te la doy por esposa, conforme a lo que dispone la ley de Moisés*. Y puesto que el Señor del cielo establece que te sea dada, recíbela como tu mujer. A partir de ahora, tú serás su marido y ella será tu mujer, porque hoy te ha sido entregada para siempre. Hijo, que el Señor del cielo los guarde esta noche y les conceda misericordia y paz.

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