Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Tobías 3:1-12 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

1. Profundamente afligido, rompí a llorar y me puse a orar entre suspiros:

2. Señor, tú eres justoy justas son todas tus obras.Tus caminos son misericordia y verdad,y tus juicios son siempre justos.

3. Ahora, Señor, acuérdate de mí:mírame y no me castiguespor mis pecados y errores,ni por los de mis antepasadosque pecaron delante de ti

4. desoyendo tus mandamientos.Por eso nos entregaste al saqueo,a la cautividad y a la muerte;y los pueblos adonde nos desterrastenos hicieron objeto de burla,de habladurías y de escarnio.

5. Ciertamente tú actúas con justiciaal castigar mis pecados,pues no hemos cumplido tus mandamientosni hemos seguido la verdad en tu presencia.

6. Haz, pues, conmigo lo que mejor te parezca.¡Incluso quítame la vida,para que desaparezca yo de este mundoy me convierta en polvo!Prefiero morir a seguir con viday tener que soportar burlas injustasque me llenan de tristeza.¡Líbrame, Señor, de esta angustia!Déjame ir al lugar del eterno descansoy no apartes, Señor, tu rostro de mí;prefiero la muerte a vivir con tal angustiay tener que escuchar tantos insultos.

7. Aquel mismo día sucedió* que Sara*, hija de Ragüel, la cual residía en Ecbatana, ciudad de Media, tuvo que soportar los insultos de una criada de su padre.

8. Y es que Sara había sido dada siete veces en matrimonio, pero un malvado demonio llamado Asmodeo había matado a sus siete maridos antes de haber tenido relaciones con ella. Por eso, la criada le decía:— ¡Tú eres quien matas a tus maridos! Te has casado con siete hombres y no llevas el apellido de ninguno de ellos.

9. Pero el que hayan muerto tus maridos, no es razón para que nos maltrates a nosotras. ¡Vete con ellos, y que nunca veamos un hijo ni una hija tuyos!

10. Ese día se puso Sara tan triste, que se echó a llorar y subió a la habitación de su padre con intención de ahorcarse. Pero luego reflexionó y pensó: Sería una vergüenza que le dijeran a mi padre: “No tenías más que una hija a la que querías con locura y he aquí que se ha ahorcado a causa de sus sufrimientos”. Con lo que mi anciano padre se moriría de tristeza por culpa mía. Mejor será, pues, que no me ahorque. Pero voy a rogarle al Señor que me haga morir; así no tendré que oír más insultos en mi vida.

11. Sara extendió entonces sus brazos ante la ventana y oró diciendo:¡Bendito eres, Dios misericordioso!¡Sea por siempre bendito tu nombre,y todas tus obras te bendigan eternamente!

12. Hacia ti vuelvo ahora mi rostro, mi mirada:

Leer capítulo completo Tobías 3