Capítulos

  1. 1
  2. 2
  3. 3
  4. 4
  5. 5
  6. 6
  7. 7
  8. 8
  9. 9
  10. 10
  11. 11
  12. 12
  13. 13
  14. 14
  15. 15
  16. 16
  17. 17
  18. 18
  19. 19

Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Sabiduría 18 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

1. Tu pueblo, en cambio, disfrutaba de una luz maravillosa.Así que los egipcios, que oían sus voces sin distinguir su figura,los felicitaban por no haber tenido que sufrir como ellos.

2. Les daban gracias porque no se vengabande los malos tratos recibidos, y les pedían perdónpor haberlos considerado enemigos.

3. En vez de tinieblas, diste a tu pueblo una columna de fuegoque le sirviese de guía para aquel viaje a lo desconocido,y fuera, en aquella gloriosa travesía, como un sol inofensivo.

4. Bien merecido tenían los egipcios, por su parte,verse privados de luz y encadenados a la oscuridadpor haber mantenido cautivos a tus hijos,los que debían entregar al mundo la luz, sin ocaso, de la ley.

Muerte para los primogénitos egipcios; liberación para los israelitas

5. Los egipcios decidieron dar muerte a los hijos de tu puebloy sólo uno, al ser dejado en el Nilo, se salvó.En castigo, tú les quitaste una muchedumbre de hijose hiciste que todos perecieran en el tormentoso mar.

6. Nuestros antepasados conocieron de antemanotodo lo que iba a suceder aquella noche,para que cobrasen ánimo al saber con seguridaden qué promesas habían puesto su confianza.

7. Esperaba tu pueblo a un mismo tiempola salvación de los fieles y la ruina de los enemigos,

8. pues lo que te sirvió para castigar a los enemigos,lo utilizaste para llamarnos y engrandecernos a nosotros.

9. Los piadosos descendientes de los justosofrecieron sacrificios en sus casas*y, de común acuerdo, hicieron este pacto sagrado:que los fieles compartirían de igual modo bienes y peligros,después de haber cantado los himnos de los antepasados.

10. Les respondía el confuso clamor de los enemigosy los tristes lamentos de quienes lloraban a sus hijos.

11. Esclavos y amos sufrieron idéntico castigo,y el rey corrió la misma suerte del plebeyo.

12. A todos por igual, el mismo tipo de muerteles había causado incontables cadáveres;y los vivos no daban abasto para enterrarlos,pues en un instante pereció la flor de su nación.

13. Los que a nada dieron crédito, confiando en su magia,al comprobar la muerte de sus primogénitos,tuvieron que reconocer a este pueblo como hijo de Dios.

14. Pues cuando un apacible silencio todo lo envolvíay la noche se encontraba a mitad de su carrera,

15. tu omnipotente palabra se lanzó, como invencible guerrero,contra aquella tierra maldita, desde tu trono real de los cielos.Empuñaba la cortante espada de tu irrevocable decreto

16. y, manteniéndose erguida, tocaba el cielo y aplastaba la tierra.

17. Entonces, repentinas y terribles pesadillas los sobresaltarony un inesperado terror se apoderó de ellos.

18. Tendidos por todas partes con apenas un soplo de vida,daban a entender cuál era la causa de su muerte;

19. los sueños, en efecto, que los habían sobresaltado,eran como predicciones para que no perecieransin conocer la causa del castigo que estaban sufriendo.

Aarón intercede por los israelitas

20. Pero también el pueblo fielfue probado con la muertey muchos perecieron en el desierto.No duró mucho, sin embargo, tu ira

21. porque un hombre intachablese dio prisa a defenderlos:con las armas de su condición sacerdotal—oración e incienso expiatorio—se enfrentó a tu ira y puso fin al castigo,mostrando que era tu fiel servidor.

22. Venció tu ira no con la fuerza corporalni con la potencia de las armas,sino que aplacó con la palabraal que estaba ejecutando el castigo,recordándole los pactos y promesasque había hecho con los antepasados.

23. Cuando los cadáveres yacían por tierraamontonándose unos sobre otros,se puso en medio y detuvo tu cóleraimpidiendo que se abatiera sobre los que aún vivían.

24. En su túnica estaba representado el mundo entero;los nombres gloriosos de los antepasadosestaban grabados en las cuatro hileras de piedras preciosas,y tu majestad resplandecía en la diadema de su cabeza.

25. Ante todo esto, el exterminador retrocedió atemorizado,pues una sola prueba de tu cólera había sido suficiente.