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Sabiduría 16:3-18 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

3. Estaban hambrientos los egipcios,pero perdieron totalmente el apetitoante las repugnantes sabandijas enviadas contra ellos.Tu pueblo, en cambio, tras ayunar por poco tiempo,pudo saborear un manjar exquisito.

4. Porque era justo que sobre aquellos tiranosse abatiera una terrible escasez,mientras que a los tuyos les bastaba contemplarcómo eran atormentados sus enemigos.

5. Pues incluso cuando se abatió sobre los israelitasel ataque terrible de las bestiasy perecían mordidos por serpientes tortuosas,tu enojo no llegó hasta el fin.

6. Sólo por un poco tiempo los intimidastepara que pudiera servirles de escarmiento,ya que disponían de una señal de salvaciónque les hacía recordar los mandamientos de tu ley.

7. Quien se volvía hacia ella, quedaba curado;no por el simple hecho de contemplarla,sino gracias a ti, que eres salvador universal.

8. Así fue como demostraste a nuestros enemigosque únicamente tú libras de todo mal.

9. Los egipcios morían picadospor langostas y mosquitossin que pudieran encontrarremedio para salvar su vida,pues bien merecido teníanel castigo de semejantes bichos;

10. pero contra tus hijos nada pudo conseguirla mordedura de serpientes venenosas,ya que tu misericordia se interpuso y los curó.

11. Eran, sí, mordidos, pero inmediatamente curados,para que pudieran recordar tus palabrasy no las relegaran a un olvido total,quedando excluidos de tus beneficios.

12. Que no los curó hierba medicinal ni ungüento alguno,sino tu palabra, Señor, que todo lo sana.

13. Y es que tú tienes poder sobre la vida y la muerte;puedes arrojar al abismo profundo y hacer salir de él.

14. El ser humano, en cambio, puede matar, arrastrado por el mal,pero no puede devolver el espíritu una vez que se ha ido;ni tampoco puede rescatar el alma una vez arrebatada.

15. Nadie puede escapar de tu poder.

16. Los impíos rehusaron reconocertey tu brazo poderoso los flageló:lluvias inauditas, fuertes granizadasy tormentas terribles cayeron sobre ellos,siendo, además, devorados por el fuego.

17. Y lo más sorprendente era que el agua,capaz de apagar cualquier cosa,reactivaba el fuego más y más,mostrando que la naturalezacombate a favor de los justos.

18. En efecto, a veces la llama amainabapara no abrasar a los animalesenviados contra los impíos,y para que estos, al verlo, comprendieranque era la justicia divina quien los impulsaba.

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