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Nehemías 8:1-13 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

1. Se congregó todo el pueblo, de común acuerdo, en la plaza que está delante de la Puerta de las Aguas y pidieron al escriba Esdras que trajese el libro de la Ley de Moisés, la que había dado el Señor a Israel.

2. Era el primer día del séptimo mes y el sacerdote Esdras trajo el Libro de Ley ante todos los hombres y mujeres reunidos, ante todos los que estaban capacitados para entender,

3. y lo leyó en la plaza que está delante de la Puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de los hombres, las mujeres y los capacitados para entender. Los oídos de todo el pueblo prestaban atención.

4. Esdras, el escriba, se encontraba en pie sobre un estrado de madera que se había levantado para la ocasión. Junto a él, a su derecha, estaban Matatías, Sema, Anaías, Urías, Jelcías y Maasías, y a su izquierda estaban Pedaías, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán.

5. Esdras abrió el libro ante los ojos de todo el pueblo (pues sobresalía por encima de ellos) y, al abrirlo, todo el pueblo se puso en pie.

6. Bendijo Esdras al Señor, Dios grande, y todo el pueblo respondió: “Amén, amén”. Alzaron sus manos, se inclinaron y adoraron al Señor rostro en tierra.

7. Josué, Baní, Serebías, Jamín, Acub, Sabetay, Hodiyías, Maasías, Quelitá, Azarías, Jozabad, Janán, Pelaías, e incluso los levitas, explicaban la ley al pueblo que se mantenía atento.

8. El Libro de la Ley era leído* con claridad y [los levitas] explicaban su sentido de manera que comprendieran la lectura.

9. El gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Esdras y los levitas que enseñaban a la gente dijeron a todo el pueblo:— Hoy es un día dedicado al Señor, su Dios. No se entristezcan ni lloren.Y es que el pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley.

10. Les dijo además:— Vayan a comer manjares escogidos, beban vinos generosos e inviten al que no disponga de nada para sí. Hoy es un día consagrado a nuestro Señor; no se entristezcan porque la alegría del Señor es la fuerza de ustedes.

11. Los levitas tranquilizaban a todo el pueblo diciendo:— ¡No lloren ni se entristezcan! Este es un día consagrado.

12. Se retiró todo el pueblo a comer y a beber; invitaron a otros y dieron muestras de una gran alegría porque habían entendido las palabras que les habían enseñado.

13. Al día siguiente se reunieron los cabezas de familia de todo el pueblo, los sacerdotes, los levitas y el escriba Esdras para profundizar en las palabras de la ley.

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