32. Judit les contestó:— Escúchenme ahora, pues voy a hacer una cosa que nuestro pueblo recordará generación tras generación.
33. Permanezcan esta noche junto a las puertas de la ciudad. Yo saldré en compañía de mi criada y, antes de cumplirse el plazo que ustedes fijaron para entregar la ciudad a nuestros enemigos, el Señor se valdrá de mí para salvar a Israel.
34. Pero no traten de conocer mis propósitos, porque tampoco yo les hablaré de ellos hasta que los haya llevado a cabo.
35. Ozías y los gobernantes de la ciudad le dijeron:— Vete en paz y que el Señor Dios vaya delante de ti para castigo de nuestros enemigos.
36. Después salieron de la casa y cada uno regresó a su puesto.