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Josué 22:12-24 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

12. toda la comunidad se reunió en Siló para hacerles la guerra.

13. Al efecto, los israelitas enviaron al país de Galaad, donde estaban los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, al sacerdote Finés, hijo de Eleazar,

14. y con él enviaron a diez notables, uno por cada tribu israelita, todos ellos cabezas de familia en los clanes de Israel.

15. Cuando se presentaron ante los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, en el país de Galaad, les hablaron así:

16. — Esto dice toda la comunidad del Señor: “¿Qué prevaricación es esa que han cometido hoy contra el Dios de Israel, apartándose del Señor y rebelándose contra él al construirse un altar?

17. ¿No nos bastaba con el crimen de Peor del que aún estamos sin purificarnos del todo, a pesar de la plaga que sobrevino a la comunidad del Señor?

18. Si ustedes se apartan hoy del Señor y se rebelan contra él, mañana se encenderá su ira contra toda la comunidad de Israel.

19. Si les parece impura su heredad, vengan al territorio que constituye sin lugar a dudas la heredad del Señor, donde él ha establecido su morada, y adquieran una heredad en medio de nosotros. Pero no se rebelen contra el Señor, ni nos hagan cómplices de su rebeldía al construirse un altar distinto del altar del Señor nuestro Dios.

20. ¿No violó Acán, hijo de Zéraj, la ley de lo consagrado al exterminio y la cólera divina se desató contra toda la comunidad de Israel, a pesar de que sólo él había pecado? ¿Y no murió él también por su crimen?”.

21. Los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés respondieron a los jefes de los clanes de Israel:

22. — El Dios de los dioses, el Señor, lo sabe bien, y debe saberlo también Israel. Si nos hemos rebelado contra el Señor o le hemos sido infieles, que no nos perdone hoy.

23. Y si hemos erigido un altar para apartarnos del Señor, ofreciendo en él holocaustos, oblaciones o sacrificios de comunión, que el Señor nos pida cuentas.

24. Pero no ha sido así. Lo hemos hecho preocupados por si el día de mañana sus descendientes pudieran decir a los nuestros: “¿Qué tienen que ver ustedes con el Señor, el Dios de Israel?

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