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Jeremías 1:9-17 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

9. A veces sucede que, incluso los propios sacerdotes, roban el oro y la plata de sus dioses para su provecho personal o para hacer regalos a las prostitutas de sus templos.

10. Además adornan con vestiduras a esos dioses de plata, de oro y de madera, como si se tratara de seres humanos; pero ellos no pueden protegerse del moho ni de la carcoma.

11. Están cubiertos con mantos de púrpura, pero es menester limpiarles la cara porque el polvo del templo se amontona sobre ellos.

12. Hay algunos que llevan cetro, como si fueran el juez de un país; pero si alguien los ofende, no pueden condenarlo a muerte.

13. Otros llevan en su diestra un puñal o un hacha, pero no pueden librarse a sí mismos de la guerra ni de los bandidos.

14. A la vista está que no son dioses; no les tengan ningún temor.

15. Esos dioses que han instalado en sus templos son tan inútiles como una vasija rota

16. y tienen los ojos llenos del polvo que levantan los pies de los que entran allí.

17. Y así como se encierra en una celda a quien va a ser ajusticiado por haber ofendido al rey, así también los sacerdotes cierran los templos con puertas, cerrojos y barras, para impedir que sus dioses sean despojados por los ladrones.

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