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Jeremías 1:58-70 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

58. Por tanto, un rey capaz de demostrar su valentía o un objeto útil en una casa y del cual se sirve el dueño, tienen más valor que esos falsos dioses. Igualmente la puerta de una casa que protege lo que hay en ella o una columna de un palacio real, valen más que esos falsos dioses.

59. El sol, la luna y las estrellas resplandecen, y se muestran dóciles en su cometido;

60. lo mismo el relámpago que, cuando aparece, es bien visible; y el viento, que sopla de cualquier parte.

61. Cuando Dios ordena a las nubes que recorran todo el mundo, ellas ejecutan el mandato; y el fuego, cuando es enviado desde lo alto para quemar montes y bosques, cumple la orden recibida.

62. Pero esos dioses no pueden compararse a ninguna de estas cosas, ni en belleza ni en poder.

63. Por eso no es posible pensar ni decir que realmente se trata de dioses, puesto que, carentes de poder, no son capaces de hacer justicia ni de favorecer a los humanos.

64. ¡Así pues, sabiendo que no son dioses, no les tengan ningún temor!

65. Ellos ni siquiera pueden maldecir o bendecir a los reyes;

66. ni pueden mostrar a las naciones señal alguna en el cielo, porque ni resplandecen como el sol ni alumbran como la luna.

67. Mejor que ellos son las fieras, que se valen por sí mismas y se protegen poniéndose a cubierto.

68. No hay prueba alguna de que sean dioses. Por consiguiente, no les tengan ningún temor.

69. Como espantajo en melonar que nada vigila, así son esos dioses de madera recubiertos de oro y plata;

70. son como la zarza en un huerto, sobre la que se posan pájaros de todas clases; o como un cadáver arrojado a un lugar oscuro. ¡Así son sus dioses de madera recubiertos de oro y plata!

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