Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Jeremías 1:27-34 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

27. Sus sacerdotes venden en su propio beneficio las víctimas de los sacrificios. Y las mujeres de los sacerdotes hacen lo mismo: conservan en sal parte de las víctimas, pero no dan nada a los pobres y desvalidos. ¡Son mujeres que, aunque estén en menstruación o recién paridas, no tienen reparo en tocar a las víctimas!

28. A la vista está que no son dioses, no les tengan ningún temor.

29. ¿Cómo se les puede llamar dioses? Son las mujeres las que presentan ofrendas a tales dioses de plata, oro o madera.

30. En sus templos los llevan los sacerdotes en procesión, con las túnicas desgarradas, el cabello y la barba rapados y la cabeza descubierta;

31. y gritan y dan alaridos ante sus dioses, como quienes lo hacen en los banquetes fúnebres.

32. Los sacerdotes visten a sus mujeres y a sus hijos con las ropas de los dioses,

33. y tanto si los tratan mal como si los tratan bien, esos dioses no pueden devolver pago alguno. Ni tampoco pueden poner un rey ni deponerlo.

34. Son incapaces de otorgar riquezas o dinero; y si alguien les hace una promesa y no la cumple, no le piden cuentas.

Leer capítulo completo Jeremías 1