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Isaías 37:4-20 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

4. Ojalá el Señor, tu Dios, haya escuchado las palabras del copero mayor, enviado por su amo, el rey de Asiria, para insultar al Dios vivo, y lo castigue por esas palabras que el Señor, tu Dios, ha oído. Por tu parte, intercede por el resto que aún subsiste”.

5. Los servidores del rey Ezequías fueron a ver al profeta Isaías,

6. que les dijo:— Esto responderán a su señor: “Así dice el Señor: Que no te asusten las palabras insultantes que has oído proferir a los oficiales del rey de Asiria contra mí.

7. Yo mismo le voy a infundir un espíritu tal que, al oír cierta noticia, tendrá que regresar a su país, donde lo haré morir a espada”.

8. Regresó el copero mayor y, al enterarse de que el rey de Asiria se había retirado de Laquis para atacar Libná, fue allí a su encuentro.

9. Y es que el rey de Asiria había oído que Tirhacá, rey de Etiopía, se había puesto en camino para plantarle batalla. Entonces, el rey de Asiria envió nuevos emisarios a Ezequías con el siguiente mensaje:

10. — Digan a Ezequías, rey de Judá: “Que no te engañe tu Dios, en quien confías, asegurándote que Jerusalén no caerá en poder del rey de Asiria.

11. Seguro que has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países que han consagrado al exterminio. ¿Y piensas que tú vas a librarte?

12. ¿Salvaron sus dioses a las naciones que mis antepasados destruyeron, a saber: Gozán, Jarán, Resef y los habitantes de Edén, en Telasar?

13. ¿Dónde están los reyes de Jamat, de Arpad, de Laír, de Sefarváin, de Ená y de Ivá?”.

14. Ezequías tomó la carta traída por los mensajeros y la leyó. Luego subió al Templo del Señor, la abrió ante el Señor

15. y oró así:

16. — Señor del universo, Dios de Israel, entronizado sobre querubines, tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo. Tú has creado el cielo y la tierra.

17. Presta oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha las palabras que ha transmitido Senaquerib, insultando con ellas al Dios vivo.

18. Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han asolado todos los países y sus territorios,

19. arrojando a sus dioses a las llamas y destruyéndolos; claro que no eran dioses, sino obra de manos humanas, fabricados con madera y piedra.

20. Pero ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su poder para que todos los reinos de la tierra reconozcan que sólo tú eres el Señor.

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