3. Pero Judá le recordó:— Aquel hombre nos advirtió claramente que no nos recibirá si no llevamos a nuestro hermano menor con nosotros.
4. Si permites que nuestro hermano menor venga con nosotros, bajaremos a comprarte alimento;
5. pero si no lo dejas venir, no iremos. Aquel hombre fue tajante: “Si no traen a su hermano menor, no los recibiré”.
6. Entonces Israel replicó:— ¿Por qué me han hecho esto, diciendo a aquel hombre que tenían otro hermano?
7. Ellos respondieron:— Porque aquel hombre nos hacía muchas preguntas sobre nosotros y nuestra familia. Nos preguntaba si vivía nuestro padre, si teníamos algún otro hermano; nosotros no tuvimos más remedio que responder a sus preguntas. ¿Cómo íbamos a saber que nos mandaría llevar a nuestro hermano menor?
8. Y Judá dijo a su padre Israel:— Deja que el muchacho venga bajo mi cuidado y pongámonos inmediatamente en marcha; sólo así nosotros, tú y nuestros hijos podremos sobrevivir y no moriremos.
9. Yo me hago responsable de él; a mí me pedirás cuentas de lo que le pase. Si no te lo devuelvo sano y salvo, yo seré el culpable ante ti para siempre.
10. Si no hubiéramos titubeado tanto, ya estaríamos de vuelta por segunda vez.
11. Entonces Israel, su padre, les dijo:— Pues si no hay más remedio, hagan lo siguiente: metan en sus costales regalos para aquel hombre de lo mejor que produce esta tierra: un poco de bálsamo, un poco de miel, perfume, mirra, nueces y almendras.
12. Lleven también el doble de dinero, para devolver el que les pusieron en la boca de los costales, quizás por descuido.
13. Así que tomen a su hermano y vayan de nuevo a ver a aquel hombre.
14. Que el Dios todopoderoso* haga que se apiade de ustedes y los permita regresar con su otro hermano y con Benjamín. Y si yo tengo que verme privado de mis hijos, pues que así sea.
15. Ellos tomaron los regalos junto con el doble de dinero y emprendieron el camino llevando consigo a Benjamín. Llegados a Egipto, se presentaron ante José.
16. Cuando José vio que Benjamín estaba con ellos, dijo a su mayordomo:— Lleva a estos hombres a mi casa. Manda matar un animal y que lo guisen, porque estos hombres comerán conmigo al mediodía.
17. El mayordomo cumplió la orden y los llevó personalmente a casa de José.
18. Ellos, al ver que los llevaban a casa de José, se asustaron, pues pensaban:— Nos han traído aquí a causa del dinero que devolvieron en nuestros costales la vez pasada. Esto es un pretexto para acusarnos, condenarnos, hacernos esclavos y quedarse con nuestros asnos.
19. Así que, al llegar a la puerta de la casa, se acercaron al mayordomo para hablar con él,