Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Génesis 31:28-37 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

28. Pero ni siquiera me dejaste besar a mis hijas y a mis nietos. ¡Te has portado como un insensato!

29. Ahora yo podría castigarlos, pero anoche el Dios de tu padre me habló y me dijo que no se me ocurriera hacerte reproche alguno, ni para bien ni para mal.

30. Pero si te marchas porque añoras la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?

31. Entonces Jacob respondió a Labán:— Es que tuve miedo. Pensé que tal vez me ibas a arrebatar por la fuerza a tus hijas.

32. Eso sí, aquel en cuyo poder se encuentren tus dioses, que lo pague con su vida. Pongo a nuestros parientes como testigos: busca si hay algo tuyo, y llévatelo.Pero Jacob no sabía que los había robado Raquel.

33. Labán entró en la tienda de Jacob, luego en la de Lía, y también en la de las dos criadas, pero no encontró nada. Cuando salió de la tienda de Lía pasó a la de Raquel.

34. Pero Raquel ya había tomado los ídolos, los había escondido debajo de la montura del camello y se había sentado encima de ellos. Mientras tanto Labán registró toda la tienda y no encontró nada.

35. Entonces Raquel le dijo a su padre:— No tome a mal mi señor que no me levante ante ti; tengo la menstruación.Y por más que buscó, Labán no logró encontrar los ídolos.

36. Así que Jacob se enojó con Labán y le recriminó todo indignado:— ¿Qué delito, qué falta he cometido para que me persigas así?

37. ¿Has encontrado algo que te pertenezca después de registrar todas mis cosas? Si lo has encontrado, enséñalo aquí, delante de tus parientes y los míos, y que sean ellos quienes decidan quién de los dos tiene razón.

Leer capítulo completo Génesis 31