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Génesis 31:27-46 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

27. ¿Por qué has huido en secreto, con engaños y sin comunicármelo? Yo te habría despedido con festejos, con cánticos y al son de panderos y cítaras.

28. Pero ni siquiera me dejaste besar a mis hijas y a mis nietos. ¡Te has portado como un insensato!

29. Ahora yo podría castigarlos, pero anoche el Dios de tu padre me habló y me dijo que no se me ocurriera hacerte reproche alguno, ni para bien ni para mal.

30. Pero si te marchas porque añoras la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?

31. Entonces Jacob respondió a Labán:— Es que tuve miedo. Pensé que tal vez me ibas a arrebatar por la fuerza a tus hijas.

32. Eso sí, aquel en cuyo poder se encuentren tus dioses, que lo pague con su vida. Pongo a nuestros parientes como testigos: busca si hay algo tuyo, y llévatelo.Pero Jacob no sabía que los había robado Raquel.

33. Labán entró en la tienda de Jacob, luego en la de Lía, y también en la de las dos criadas, pero no encontró nada. Cuando salió de la tienda de Lía pasó a la de Raquel.

34. Pero Raquel ya había tomado los ídolos, los había escondido debajo de la montura del camello y se había sentado encima de ellos. Mientras tanto Labán registró toda la tienda y no encontró nada.

35. Entonces Raquel le dijo a su padre:— No tome a mal mi señor que no me levante ante ti; tengo la menstruación.Y por más que buscó, Labán no logró encontrar los ídolos.

36. Así que Jacob se enojó con Labán y le recriminó todo indignado:— ¿Qué delito, qué falta he cometido para que me persigas así?

37. ¿Has encontrado algo que te pertenezca después de registrar todas mis cosas? Si lo has encontrado, enséñalo aquí, delante de tus parientes y los míos, y que sean ellos quienes decidan quién de los dos tiene razón.

38. Durante los veinte años que pasé contigo jamás tus ovejas o tus cabras abortaron ni yo jamás comí un carnero de tu rebaño;

39. jamás te traje un animal despedazado por las fieras, ya que te lo compensaba con uno de los míos, mientras tú me reclamabas si de día o de noche me robaban ganado.

40. De día me consumía el calor, de noche el frío, y no conciliaba el sueño.

41. Veinte años he estado en tu casa, y esto es lo que me ha tocado: trabajar catorce años a tu servicio por tus dos hijas, y seis años más por tu ganado; y tú continuamente me cambiabas el salario.

42. Si el Dios de mi padre —el Dios de Abrahán, el Terror de Isaac— no hubiera estado conmigo, es bien seguro que me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche salió en mi defensa.

43. Labán le replicó a Jacob:— Estas mujeres son mis hijas, estos muchachos son mis nietos, este ganado también es mío y todo lo que aquí ves me pertenece. ¿Qué puedo hacer hoy por estas hijas mías y por los hijos que han dado a luz?

44. Hagamos una alianza tú y yo, y quede como testimonio entre nosotros.

45. Entonces Jacob tomó una piedra, la erigió a modo de piedra votiva,

46. y dijo a sus parientes:— ¡Juntad piedras!Y ellos recogieron piedras, hicieron un montón con ellas, y allí comieron, junto al majano.

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