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Éxodo 1:8-21 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

8. Subió por entonces al trono de Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José,

9. y dijo a su pueblo:— ¡Dense cuenta de que los israelitas se están multiplicando y haciéndose más fuertes que nosotros!

10. Actuemos sabiamente respecto a ellos, no sea que sigan multiplicándose y, en caso de guerra, se pongan del lado de nuestros enemigos, luchen contra nosotros y se marchen del país.

11. Entonces les impusieron capataces que los sometían a trabajos muy duros*. Y así fue cómo construyeron para el faraón* las ciudades de almacenamiento de Pitón y Ramsés.

12. Pero cuanto más los oprimían, más crecían y se extendían, hasta el punto que los egipcios empezaron a considerarlos un serio problema.

13. Por eso, los egipcios sometieron a los israelitas a una cruel esclavitud.

14. Les hicieron la vida insoportable con trabajos rudos: hacer barro, fabricar adobes, y toda clase de labores del campo. Todos estos trabajos se los impusieron con malos tratos.

15. Además, el rey de Egipto habló con Fuá y Sifrá, comadronas de las hebreas,

16. y les dijo:— Cuando asistan a las hebreas en sus partos, presten atención al sexo del recién nacido; si es niño, mátenlo; si es niña, déjenla vivir.

17. Pero las comadronas desatendieron, por respeto a Dios, la orden dada por el rey de Egipto, y dejaron vivir también a los niños.

18. Entonces el rey de Egipto las mandó llamar y les preguntó:— ¿Por qué han actuado así? ¿Por qué han dejado con vida a los niños?

19. Ellas le respondieron:— Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; son como animales salvajes y dan a luz antes de que llegue la comadrona.

20. Por eso Dios premió a las comadronas. El pueblo siguió creciendo y haciéndose cada vez más poderoso;

21. en cuanto a las comadronas que habían sido fieles a Dios, fueron agraciadas con una familia numerosa.

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