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Ester Griego 8:6-12g La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

6. Porque no puedo soportar la tragedia que se cierne sobre mi pueblo. ¿Cómo podría contemplar el exterminio de los de mi raza?

7. Entonces el rey Asuero les dijo a Ester y a Mardoqueo, el judío:— Mirad, he mandado ahorcar a Amán por sus maquinaciones contra los judíos, y sus posesiones ya están en manos de Ester.

8. Pero un decreto escrito en mi nombre y sellado con mi anillo es irrevocable. Así pues, redactad ahora, en mi nombre, otro decreto en favor de los judíos, como vosotros consideréis más adecuado y selladlo con mi anillo real.

9. Inmediatamente se llamó a los escribas reales. Era el día veintitrés del mes tercero, es decir, el mes de Siván. Todo lo que ordenó Mardoqueo fue puesto por escrito para los judíos, los sátrapas reales, los gobernadores y los altos funcionarios de las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía, en la escritura de cada provincia y en la lengua de cada pueblo. A los judíos también se les escribió en su escritura y lengua.

10. Los decretos se escribieron en nombre del rey Asuero, se sellaron con el anillo real y se enviaron por medio de mensajeros reales, que montaban veloces corceles de las caballerizas reales.

11. El edicto real concedía permiso a los judíos, en cualquier ciudad donde estuvieran, a organizarse y defenderse, a destruir y matar, aniquilar y apoderarse de los bienes de toda la gente armada, de cualquier pueblo o provincia que los atacase, sin respetar a mujeres ni a niños.

12. Para llevar todo esto a cabo en todas las provincias del rey Asuero se fijo una fecha: el día trece del duodécimo mes, es decir, el mes de Adar.]

12a. Esta es la copia del decreto:

12b. “El gran rey Artajerjes, a los gobernadores de las ciento veintisiete provincias que se extienden desde la India hasta Etiopía, y a todos los que se interesan por nuestros asuntos. Salud.

12c. Hay muchos individuos que, cuanto más honores reciben de la generosidad de sus bienhechores, tanto más se ensoberbecen. Buscan maltratar a nuestros súbditos e, incapaces de contener su personal insolencia, se dedican a intrigar contra sus propios benefactores.

12d. No les basta con ser desagradecidos, sino que, llenos de jactancia al verse exaltados por gentes que ignoran el bien, piensan que pueden escapar de la justicia de Dios, que todo lo ve y que aborrece el mal.

12e. Muchos de los que están constituidos en autoridad, dejan frecuentemente los asuntos de su gobierno en manos de otros a quienes tienen por amigos; pero estos los incitan a menudo a hacerse cómplices de la muerte de personas inocentes, causando así un daño irreparable.

12f. Con palabras malvadas y engañosas sorprenden a los gobernantes de buena fe,

12g. lo cual se puede comprobar sin necesidad de remontarse a historias de otros tiempos, pues basta con que miréis lo que sucede ante vuestros propios ojos y advirtáis cuántos crímenes ha cometido esa mala ralea de indignos gobernantes.

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