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Ester Griego 5:1e-11 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

1e. En aquel preciso momento, cambió Dios en amabilidad el espíritu del rey, que se levantó angustiado del trono y la tomó entre sus brazos hasta que volvió en sí. Luego, con palabras llenas de dulzura, la animó diciendo:

1f. — ¿Qué te sucede, Ester? Yo soy tu esposo, no temas. Tú no vas a morir, pues el decreto promulgado se refiere a los demás, no a ti. Ven, acércate.[

2. Cuando el rey vio a Ester en el patio le agradó su compañía y extendió hacia ella el cetro de oro que llevaba en la mano. Entonces Ester se acercó y tocó la punta del cetro.]

2a. Después, levantando el cetro de oro, lo puso sobre el cuello de Ester, la besó y le dijo:— Háblame.

2b. Mientras hablaba, volvió a desvanecerse. El rey se sintió entonces muy intranquilo, mientras que toda su servidumbre trataba de reanimar a Ester.[

3. El rey preguntó a Ester:— ¿Qué te ocurre reina Ester? ¡Dime lo que deseas, y lo tendrás; aunque sea la mitad de mi reino!

4. Ester respondió:— Si al rey le parece bien, venga hoy acompañado de Amán, al banquete que he preparado en su honor.

5. El rey entonces ordenó que viniera Amán inmediatamente para aceptar la invitación de Ester. Así pues, el rey y Amán asistieron al banquete que Ester había organizado.

6. Llegado el momento de brindar el rey preguntó a Ester:— ¡Dime lo que deseas, y lo tendrás; aunque sea la mitad de mi reino!

7. Ester respondió:— Mi petición y mi deseo son que,

8. si me he ganado el favor del rey y si le agrada cumplir mi deseo y acceder a mi petición, asista también mañana, acompañado de Amán, a otro banquete que le voy a ofrecer en su honor y entonces le responderé.

9. Amán salió aquel día contento y de buen humor, pero cuando vio a la entrada del palacio a Mardoqueo que no se levantaba ni mostraba signo alguno de respeto a su paso, Amán montó en cólera contra él;

10. se contuvo, sin embargo, y se fue a casa. Luego mandó llamar a sus amigos y a Zeres, su mujer,

11. y les habló de sus cuantiosas riquezas y de sus muchos hijos, y de cómo el rey le había honrado poniéndole por encima de sus oficiales y altos funcionarios.

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