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Daniel 4:24-33 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

24. Así pues, majestad, acepta de buen grado mi consejo: corrige tus desvíos* haciendo buenas obras y expía tus delitos practicando la misericordia con los pobres; de ese modo, se prolongará tu felicidad.

25. Esto fue lo que le sucedió al rey Nabucodonosor.

26. Transcurridos doce meses, mientras paseaba por la terraza del palacio real de Babilonia,

27. el rey iba pensando: “Esta es la gran Babilonia, construida por mí como residencia real, obra de mi poder y manifestación de mi magnificencia”.

28. Todavía andaba el rey con estos pensamientos, cuando una voz bajó del cielo:— Contigo hablo, rey Nabucodonosor: has sido desposeído de tu reino.

29. Serás retirado de en medio de las personas y vivirás con las bestias del campo; comerás hierba como los toros, y tendrán que transcurrir siete años hasta que reconozcas que el Altísimo tiene poder sobre los reinos humanos y que los da a quien le place.

30. En aquel mismo momento se cumplieron en Nabucodonosor las palabras pronunciadas: dejó de vivir entre personas y empezó a comer hierba como los toros, su cuerpo quedó empapado por el rocío del cielo, los cabellos le crecieron como plumas de águila y le salieron uñas como las de las aves.

31. Pasado el tiempo fijado, yo, Nabucodonosor, alcé los ojos al cielo y recobré la razón. Bendije entonces al Altísimo, alabé y glorifiqué al que vive eternamente, cuyo poder es eterno y cuyo reino no tiene fin.

32. Ante él nada son los habitantes de la tierra, y hace lo que quiere con el ejército del cielo* y con los habitantes de la tierra. Nadie puede detenerle la mano ni pedirle cuentas de lo que hace.

33. En aquel momento recobré la razón. También recuperé el honor y la majestad, para gloria de mi reino. Mis consejeros y ministros me reclamaron, se me devolvió el reino y se acrecentó mi poder.

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