1. “Señor todopoderoso, Dios de Israel, a ti clama ahora un ser angustiado, un espíritu abatido.
2. ¡Escúchanos, Señor, y ten piedad de nosotros que hemos pecado contra ti!
3. Porque tú estás para siempre sentado en tu trono, en tanto que nosotros vamos a perecer para siempre.