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2 Samuel 14:1-17 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

1. Joab, hijo de Seruyá, se dio cuenta de que el rey echaba de menos a Absalón.

2. Entonces mandó que le trajeran de Tecoa una mujer astuta que vivía allí. Joab le dijo:— Finge que estás de luto, ponte ropa de luto y no te eches perfume, para que parezcas una mujer que desde hace tiempo guarda luto por un difunto.

3. Preséntate al rey y dile lo que te voy a decir.Y Joab sugirió a la mujer lo que tenía que decir.

4. La mujer de Tecoa se presentó ante el rey, inclinó su rostro e hizo una reverencia. Luego le dijo:— Socórreme, majestad.

5. El rey le preguntó:— ¿Qué te pasa?Ella respondió:— Que soy una mujer viuda, pues mi marido murió.

6. Tu servidora tenía dos hijos: tuvieron una pelea en el campo y, sin nadie que los separara, uno golpeó al otro y lo mató.

7. Y ahora toda la familia se me ha enfrentado, exigiendo que les entregue al fratricida, para darle muerte, vengar a su hermano asesinado y acabar también con el único heredero. Así apagarán el rescoldo que me queda y dejarán a mi marido sin apellido ni descendencia sobre la tierra.

8. El rey le dijo a la mujer:— Vete a casa, que yo solucionaré tu problema.

9. La mujer de Tecoa insistió:— Majestad, yo y mi familia somos los responsables; el rey y su trono no tienen culpa.

10. El rey le dijo:— Si alguien te dice algo, me lo traes, que no te volverá a molestar.

11. Ella le dijo:— Su majestad pida a Dios que el defensor de la sangre* no aumente las desgracias, acabando con mi hijo.Él afirmó:— ¡Vive Dios, que nadie tocará ni un pelo de tu hijo!

12. La mujer insistió:— Permita su majestad que su servidora añada algo más.El rey le dijo:— Habla.

13. La mujer dijo:— ¿Por qué, entonces, proyectas hacer lo mismo contra el pueblo de Dios? Tus mismas palabras te acusan, majestad, por no dejar volver a tu desterrado.

14. Todos hemos de morir, pues somos como agua derramada en tierra que no puede recogerse. Dios no quiere quitar la vida*. Al contrario, desea que el desterrado no siga alejado de él.

15. Si yo he venido a hablar a su majestad de este asunto, ha sido porque la gente me ha asustado y me he dicho: “Voy a hablar con el rey, a ver si quiere hacer lo que su sierva le pide,

16. escuchándola y librándola del hombre que quiere arrancarnos a mí y a mi hijo juntos de la heredad de Dios”.

17. Esta sierva tuya pensó: “Que la palabra del rey, mi señor, nos devuelva la paz, pues el rey, mi señor, es como un enviado de Dios que sabe discernir entre el bien y el mal”. Que el Señor, tu Dios, esté contigo.

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