6. El muchacho le contestó:— Yo me encontraba casualmente en el monte Guilboa, cuando vi a Saúl apoyado sobre su lanza y acosado por los carros y los jinetes.
7. Entonces se volvió y, al verme, me llamó; y yo me puse a sus órdenes.
8. Luego me preguntó quién era y yo le respondí que era un amalecita.
9. Después me dijo: “Por favor, acércate y remátame, porque estoy agonizando y no acabo de morir”.
10. Así que me acerqué y lo rematé, pues comprendí que no sobreviviría a su caída. Luego tomé la corona de su cabeza y el brazalete de su brazo y se los traigo aquí a mi señor.
11. Entonces David rasgó sus vestiduras, al igual que sus hombres.
12. Hicieron duelo, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del Señor y por la casa de Israel, pues habían caído a espada.
13. Luego David dijo al muchacho que le había traído la noticia:— ¿De dónde eres?Él respondió:— Soy hijo de un emigrante amalecita.
14. David le dijo:— ¿Y cómo es que te has atrevido a levantar tu mano para matar al ungido del Señor?
15. David llamó a uno de sus muchachos y le ordenó:— Acércate y ejecútalo.Él lo golpeó y lo mató.
16. David añadió:— ¡Eres responsable de tu propia muerte! Tú mismo te has delatado al confesar que habías matado al ungido del Señor.
17. David entonó entonces esta elegía por Saúl y por su hijo Jonatán,
18. mandando que la aprendiesen los habitantes de Judá*. Está escrita en el Libro del Justo: