3. Eliseo le dijo:— Sal a pedir vasijas a todas tus vecinas, vasijas vacías en abundancia.
4. Cuando vuelvas, te encierras en casa con tus hijos, empiezas a echar aceite en todas esas vasijas y pones aparte las llenas.
5. La mujer se marchó y se encerró en casa con sus hijos. Ellos le acercaban las vasijas, y ella echaba el aceite.
6. Cuando llenó todas las vasijas, pidió a uno de sus hijos:— Acércame otra vasija.Pero él le dijo:— Ya no quedan más.Entonces se agotó el aceite.
7. La mujer fue a contárselo al profeta y este le dijo:— Ahora vende el aceite, paga a tu acreedor y con el resto podrán vivir tú y tus hijos.
8. Un día Eliseo pasó por Sunán y una mujer rica que vivía allí le insistió para que se quedase a comer. Desde entonces, cada vez que pasaba por allí, se detenía a comer.
9. La mujer dijo a su marido:— Mira, creo que ese que nos visita cada vez que pasa es un profeta santo.
10. Vamos a construirle en la terraza una habitación pequeña con una cama, una mesa, una silla y un candil, para que se aloje en ella cuando venga a visitarnos.
11. Un día que Eliseo llegó allí, subió a la terraza y se acostó en la habitación.
12. Luego dijo a su criado Guejazí:— Llama a esa sunamita.Él la llamó y cuando se presentó ante él,
13. Eliseo ordenó a su criado que le dijese:— Ya que te has tomado todas estas molestias por nosotros, dinos qué podemos hacer por ti. ¿Necesitas pedir algo al rey o al jefe del ejército?Pero ella respondió:— Vivo a gusto entre mi gente.
14. Eliseo insistió:— ¿Qué podríamos hacer por ella?Entonces Guejazí sugirió:— No sé. No tiene hijos y su marido es viejo.
15. Eliseo dijo:— Llámala.La llamó y ella se quedó en la puerta.