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2 Macabeos 7:18-31 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

18. Luego trajeron al sexto que, ya al borde de la muerte, dijo:— No te hagas vanas ilusiones, pues nosotros padecemos por nuestra propia culpa. Por haber pecado contra nuestro Dios, nos suceden estas cosas terribles.

19. Pero tú, que has osado luchar contra Dios, no creas que vas a quedar impune.

20. Por otra parte, admirable sin igual y digna de gloriosa memoria fue aquella madre que, viendo morir a sus siete hijos en un mismo día, soportó la prueba con toda entereza, sostenida por su esperanza en el Señor.

21. Rebosante de nobles sentimientos, exhortaba en su lengua materna a cada uno de ellos y, uniendo a su ternura femenina un ánimo varonil, les decía:

22. — Yo no sé cómo aparecieron ustedes en mis entrañas, ni fui yo quien les dio el aliento de la vida ni quien ordenó con armonía los miembros de su cuerpo.

23. El creador del universo y autor de todas las cosas, es quien forma al ser humano desde su origen. Y él, en su misericordia, les devolverá el aliento de la vida, puesto que, por amor a sus leyes, han dejado de pensar en ustedes mismos.

24. Antíoco creyó que se estaba burlando de él y que, con esas palabras, lo insultaba. Y como el más joven aún vivía, el rey trató de convencerlo prometiendo bajo juramento hacerlo rico y dichoso, contarlo entre sus amigos y confiarle altos cargos, si renunciaba a las tradiciones de sus antepasados.

25. Pero como el joven no le hacía caso alguno, el rey llamó a la madre y le pidió que aconsejara a su hijo para salvarle la vida.

26. Tanto insistió, que finalmente ella se avino a convencer a su hijo.

27. Inclinándose hacia él, y burlándose del cruel tirano, dijo en su lengua materna:— Hijo, ten piedad de mí que te llevé nueve meses en mis entrañas, te amamanté durante tres años y te crié y eduqué hasta llegar a tu edad actual.

28. Ahora, hijo mío, te pido que mires al cielo y a la tierra, y que, al ver lo que hay en ellos, entiendas que Dios lo hizo todo de la nada, y de la misma manera creó al género humano.

29. No temas, pues, a ese verdugo, sino muéstrate digno de tus hermanos; acepta la muerte, para que yo te recobre juntamente con ellos por la misericordia de Dios.

30. Aún estaba ella hablando, cuando el joven dijo:— ¿Qué están esperando? Yo no voy a obedecer las órdenes del rey, sino a la ley que fue dada a nuestros antepasados por medio de Moisés.

31. Y tú, que eres el autor de todos los males que afligen a los hebreos, no podrás escapar de las manos de Dios.

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