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2 Macabeos 6:9-26 La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional (BHTI)

9. Los que rehusaran acomodarse a las costumbres griegas serían degollados, todo lo cual hacía prever la inminencia de una gran calamidad.

10. Dos mujeres fueron denunciadas por haber circuncidado a sus hijos: las hicieron pasear públicamente por la ciudad con los niños colgados de los pechos; después las arrojaron desde lo alto de la muralla.

11. Otros, que se habían reunido en las cavernas cercanas para celebrar el sábado en secreto, fueron denunciados a Filipo. A todos estos los quemaron juntos, pues, por respeto a la santidad del día, no quisieron defenderse.

12. Ruego a los lectores de este libro que no se escandalicen por estas desdichas, sino que piensen más bien que no se trata de castigos para arruinar a nuestro pueblo, sino para corregirlo.

13. Porque es señal de gran misericordia no tolerar por mucho tiempo a los impíos, sino castigarlos rápidamente.

14. Para imponer un castigo a las demás naciones, el Señor aguarda con paciencia que llenen la medida de sus pecados; pero con nosotros ha resuelto actuar de otro modo

15. y no esperar a castigarnos más tarde, cuando hayamos llegado ya al colmo de los nuestros.

16. Por eso nunca aparta de nosotros su misericordia, y ni siquiera nos abandona cuando atrae la adversidad sobre su pueblo a fin de corregirlo.

17. Baste este paréntesis para recordar lo dicho. Tras él, prosigamos la narración.

18. Eleazar, uno de los principales maestros de la ley, hombre de edad muy avanzada y de aspecto venerable, fue obligado a comer carne de cerdo, abriéndole la boca por la fuerza.

19. Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida infame, se dirigió voluntariamente al suplicio

20. después de haber escupido la carne. Hizo lo que deben hacer quienes, aun poniendo su vida en peligro, rechazan los alimentos prohibidos.

21. Los que presidían aquel banquete prohibido por la ley, movidos por la antigua amistad que tenían con este hombre, lo llevaron aparte y le rogaron que se hiciera traer carne permitida y preparada por él mismo, y que fingiera comer de esa carne ofrecida en sacrificio, tal como el rey lo había ordenado.

22. De ese modo se libraría de la muerte, y ellos, dada su vieja amistad, lo tratarían humanitariamente.

23. Pero Eleazar, tomando una honrosa decisión, digna de su edad, del prestigio de su ancianidad, de sus blancos cabellos y de la intachable conducta que observó desde su niñez y, especialmente, de la santa ley establecida por Dios, respondió que prefería ser enviado sin dilación al lugar de los muertos.

24. A mi edad —dijo— no es digno fingir. Y no quiero que muchos jóvenes piensen que yo, Eleazar, a mis noventa años, me he pasado al paganismo;

25. serían inducidos a error a causa de mi simulación y apego a la poca vida que me queda; no quiero, ya en mi vejez, traer sobre mí la infamia y el deshonor.

26. Además, aunque pudiera librarme del castigo humano, ni vivo ni muerto lograría escapar de las manos del Todopoderoso.

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