24. A mi edad —dijo— no es digno fingir. Y no quiero que muchos jóvenes piensen que yo, Eleazar, a mis noventa años, me he pasado al paganismo;
25. serían inducidos a error a causa de mi simulación y apego a la poca vida que me queda; no quiero, ya en mi vejez, traer sobre mí la infamia y el deshonor.
26. Además, aunque pudiera librarme del castigo humano, ni vivo ni muerto lograría escapar de las manos del Todopoderoso.